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NAZCO. Retrospectiva (1961-2021)

Repaso a seis décadas de producción artística de la creadora palmera, Maribel Nazco. Hasta el 2 de julio.

NAZCO. Retrospectiva (1961-2021)

El Centro de Arte La Regenta, en su 35º aniversario, presenta la exposición retrospectiva dedicada a la obra de Maribel Nazco, Premio Canarias de Bellas Artes en 2021 y artista fundamental en el arte contemporáneo de Canarias. Este proyecto expositivo, comisariado por el conservador de la Colección de TEA Isidro Hernández Gutiérrez, reúne una amplia selección de casi un centenar de obras realizadas a lo largo de seis décadas de trayectoria artística.

Entre las obras seleccionadas se encuentran sus primeras pinturas, con visos a la abstracción, realizadas siendo integrante del grupo Nuestro Arte, como la obra Ropa tendida (1966) con la que obtuvo el Premio de Honor “Miguel Tarquis” y que marca un punto de inflexión en su trayectoria. Se incluyen sus ensamblajes metálicos, piezas de carácter escultopictórico realizadas en el periodo comprendido entre 1968 y 1983, como sus iniciales Puzzles metálicos o las obras más representativas de su creación artística de este periodo como la serie Cuerpos.

También se exhiben piezas de su posterior regreso a la pintura a principios de los años 80 marcada por la representación de objetos metálicos de la iconografía urbana, como Violencia y desastre (1985) o Cubeta amarilla (1995), que continúa explorando en su producción artística más reciente y que también se puede ver en la muestra. Además, se incluye una selección de fotografías y documentos pertenecientes al Fondo y Archivo documental Nazco.

El comisario de la exposición, Isidro Hernández, presenta la exposición a través del siguiente texto:

“Con motivo de la exposición que la galería Joan de Serrallonga dedicara a la artista Maribel Nazco en marzo de 1979, el crítico Francesc Galí afirmaría que de alguien que se apellida Nazco, “que nominalmente vive en estado de inauguración”, siempre se pueden esperar sorpresas. No le faltaba razón al escritor catalán, pues la artista sigue siendo, hoy, un referente de coherencia y perseverancia en el contexto de la escena artística canaria y española. La suya ha sido una de las aventuras creativas de mayor alcance de su generación, tal y como pone de manifiesto esta muestra antológica que reúne desde sus trabajos matéricos y sus primeros metales de finales de la década de los años sesenta, hasta sus pinturas más recientes –todavía hoy frescas, recién salidas del taller– en las que asistimos a un mundo de acumulación de capas de color y sedimentos, como si de la suma de la experiencia vital se tratase; un jardín de los desechos en el mejor sentido de la palabra, pues del tratamiento erótico y objetual del cuerpo en su obra metálica anterior, evoluciona hacia una mirada sobre lo urbano e industrial, en diálogo con la temática de sus primeras creaciones. No será difícil advertir hasta qué punto, tanto en unas como en otras, su obra ha quedado presidida por el carácter decididamente experimental.

La obra de Maribel Nazco, flamante Premio Canarias de Bellas Artes (2021) ha sido objeto de atención por parte de la crítica especializada. Sus metales y sus tablas matéricas, comprendidas en el concepto de la escultopintura española por el crítico Carlos Areán y reseñadas por Gillo Dorfles en su libro Últimas tendencias del arte de hoy, la convirtieron en una voz en proyección que abría un notable horizonte de expectativas en el arte español contemporáneo de la década de los años setenta. Bastará para comprobarlo un mero repaso a su presencia en diferentes galerías y otros espacios artísticos de aquellos años, desde las primeras tentativas en el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife (1969 y 1970) como una de las representantes más jóvenes del grupo Nuestro Arte, hasta su paso por el Ateneo de Madrid (1972) o por la mítica Sala Conca (1972); desde su participación en la colectiva Homenaje a Millares de la Galería Juana Mordó (1973), a sus exposiciones individuales en la madrileña galería de arte Ramón Durán (1974), la bilbaína Aritza (1975), la catalana Sarrió (1975), la Galería Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria (1977) o su individual en el Madrid de 1977, en el Centro Difusor de Arte Kandinsky. A estas se suman otras exposiciones de carácter individual, como las celebradas en las salas Boticelli (Gran Canaria, 1978), en la galería de arte Joan de Serrallonga (Barcelona, 1979) y en la galería Leyendecker (Tenerife, 1979), además de otras muestras de carácter colectivo. Esta antológica da buena cuenta de la relevancia de aquel período, a través de un amplio muestrario de la obra realizada entre 1968 y 1983, inicio, desarrollo y final de su travesía escultopictórica que tan buenos resultados proporcionó a la artista hasta que decidiera abandonar los duros ensamblajes en metal para dedicarse a la pintura, a partir de 1985; y, muy especialmente, a la docencia en la Facultad de Bellas de la ULL, donde obtuvo la Cátedra de Procedimiento y Técnicas Pictóricas, y asumió varios cargos de responsabilidad, ejerciendo como Decana durante varios mandatos. Más allá de ese primer momento –sin duda el de mayor relevancia–, sería injusta e incompleta una valoración crítica que no comprendiera una visión de conjunto en la que se integrara su pintura posterior, presidida por sus controvertidos Iconos de la ciudad con los que desarrolla una obra que se nutre de la representación ilusoria de objetos metálicos, tratados ahora como naturalezas muertas urbanas. Esta mirada retrospectiva e integradora permitirá descubrir las modulaciones y la coherencia de una obra en permanente evolución.

El fotógrafo Jorge Perdomo –pintor de imágenes en blanco y negro de aquella singular generación reunida en torno a Nuestro Arte– la inmortalizó a finales de los años sesenta en una de sus sesiones de trabajo, posando de pie junto a planchas de metal, con gesto seguro y enérgico, y convencida de emprender el proyecto de una obra nada fácil -ni decorativa ni amable-, con elementos escasamente dúctiles y muchas veces abrasivos. Al contemplar desde nuestro presente esa fotografía intuimos que la artista era consciente de aquel compromiso vital que, a la postre, abriría un capítulo de excepción en el devenir del arte realizado desde Canarias”.

Actividades complementarias

Plazas limitadas. Todas las actividades son gratuitas mediante inscripción previa hasta completar aforo y se realizarán aplicando los protocolos y medidas de prevención que adopten las autoridades sanitarias del Gobierno de Canarias.

Inauguración infantil: 13 de mayo 2022
Otra mirada: 19 de mayo 2022, con la artista Adelaida Arteaga
GuiArte: 2 de junio 2022
Arte en familia: 30 de junio 2022

 

 

Imagen superior
Fotografía de Maribel Nazco, 1967, papel fotográfico b/n, 50 x 70 cm, imagen © Jorge Perdomo, cortesía de la artista

Maribel Nazco
1938 – Los Llanos de Aridane, La Palma

La infancia de Maribel Nazco transcurre en la isla de La Palma, si bien su deseo de dedicarse a la pintura hace posible que se traslade a Santa Cruz de Tenerife y estudie en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, siendo algunos de sus profesores los pintores Mariano de Cossío, Álvaro Fariña y Pedro de Guezala. Algo más tarde se traslada a Madrid, donde obtendría el título de Profesora de Dibujo por la Escuela Central de Bellas Artes en 1963, teniendo como profesores a maestros de la talla de Eduardo Chicharro Briones, Enrique Lafuente Ferrari o Gregorio Toledo.

Sus inicios pictóricos están marcados por su adscripción al colectivo Nuestro Arte, que protagoniza la actividad cultural de Tenerife entre 1963 y 1966, con el propósito de renovar los lenguajes artísticos y literarios del momento. En 1966 Nazco recibe el Premio de Honor de la VII Exposición Regional de Pintura y Escultura; y en 1969, tras su participación en varias colectivas, el crítico Eduardo Westerdahl presenta su primera exposición individual. En la década de los setenta Nazco desarrolla una obra metálica y matérica que abre un notable horizonte de expectativas.

En 1970 vuelve a exponer en el Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife. Y ya en 1972 exhibe en la Sala Joven del Ateneo de Madrid. También sería una de las artistas escogidas por la Sala Conca de La Laguna para su programación de 1972. Asimismo, participa en la colectiva Homenaje a Millares de la Galería Juana Mordó (Madrid, 1973).

Expone de forma individual en la galería de arte Ramón Durán (Madrid, 1974), en la bilbaína Aritza (1975) y en Galería Sarrió (Barcelona, 1975), recibiendo los elogios de la crítica especializa, de tal forma que el Carlos Areán la introduce dentro del concepto de la escultopintura española, y el crítico Gillo Dorfles la incluye en su monografía Últimas tendencias del arte de hoy. En 1975 recibe el Premio de Honor Miguel Tarquis, XVI Exposición Regional de Pintura y Escultura de Santa Cruz de Tenerife. En 1977 expone en la galería de arte de Las Palmas de Gran Canaria, Vegueta, y poco después, en 1977, vuelve a Madrid con una individual en el Centro Difusor de Arte Kandinsky. Este mismo Eduardo Westrdahl publica la monografía Nazco para la colección Artistas Españoles Contemporáneos. A estas se suman otras exposiciones de carácter individual, como las celebradas en las salas Boticelli (Gran Canaria, 1978), con un texto de Maud Bonneaud; en la galería de arte Joan de Serrallonga (Barcelona, 1979); y en la galería Leyendecker (Tenerife, 1979), además de otras muestras de carácter colectivo.

Obtiene su licenciatura en la Facultad de Bellas Artes de la La Laguna (ULL) 16 de Junio de 1980, y el doctorado en Bellas Artes con la calificación cum laude el 30 de octubre de 1986, con una investigación sobre los procedimientos empleados en la aleación y experimentación con los metales. En 1989 obtiene la Cátedra en Procedimientos y Técnicas Pictóricas, en Facultad de Bellas Artes de la ULL, en donde asume varios cargos de responsabilidad, ejerciendo como decana durante varios mandatos.

A partir de 1985 abandona los metales para dedicarse exclusivamente a la pintura. Ese mismo año expone en el Círculo de Bellas Artes de Tenerife. En la década de los noventa renueva su quehacer pictórico con una obra presidida por sus controvertidos Iconos de la ciudad (1991) con los que desarrolla una obra que se nutre de la representación ilusoria de objetos metálicos, tratados ahora como naturalezas muertas urbanas. En 2012, TEA Tenerife Espacio de las Artes le dedica una retrospectiva, al cuidado del conservador del centro, Isidro Hernández, quien firma igualmente la monografía publicada en 2018 para la colección de la Biblioteca de Artistas de Canarias del Gobierno de Canarias. En 2021 le es otorgado el Premio Canarias de Bellas Artes.

NAZCO. Retrospectiva (1961-2021)

Exposición retrospectiva de la artista palmera Maribel Nazco

Comisariado
Isidro Hernández

Fechas
Del 6 de mayo al 2 de julio de 2022
Inauguración: 6 de mayo, 20.30

Entrada gratuita

Centro de Arte La Regenta
c/ León y Castillo, 427
35007 Las Palmas de Gran Canaria
Islas Canarias – España

Horario de sala
Martes a viernes de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas /
sábados de 10:00 a 14:00 horas / domingos, lunes y festivos cerrado

Centro de Arte La Regenta
Gobierno de Canarias

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