
El nombre de esta propuesta, Pequeñas Historias de la Vida Conyugal, está influenciado por el título de la canción del grupo argentino Sui Generis “Pequeñas delicias de la vida conyugal”, de su álbum “Pequeñas anécdotas sobre las instituciones”. Estas estrofas también nos hacen recordar el collage del año 1956 de Richard Hamilton:Just What Is It That Makes Today’s Homes So Different, So Appealing? (¿Pero qué es lo que hace a los hogares de hoy tan diferentes, tan atractivos?), a modo de re-semantizar lo que las imágenes hogareñas de la mitad del siglo XX en adelante han aportado a la construcción de un tejido de relaciones sociales.
En ese sentido, las letras de las canciones que escuchábamos en nuestra adolescencia, se pueden entender como imágenes/recuerdos, tanto como lo son los paisajes que cada uno carga en la memoria, o los objetos que uno fabrica para sostener el hogar: aquella familia extendida como institución emotiva. Una que se edifica a través de esas pequeñas cosas, así como si estuviéramos viviendo insertos en una vida/collage. Entendiendo que, desde ahí, es donde se puede edificar algo llamado espacio propio y donde la obra de arte —por encima de otras pretensiones— es capaz de articular todo, con el único fin de entender las complejidades de la mirada y de las proyecciones personales.
Entendemos esta experimentación como la posibilidad de aunar núcleos de obras y de obsesiones, que por separado significarían radicalmente otras cosas. Valga la comparación a la letra de una canción o a un collage, en donde la totalidad puede configurar un instante particular de interrelaciones emotivas.
Es por ello que cuando proponemos unir fotografías, videos, objetos, pinturas y dibujos, lo que buscamos es contextualizar y proponer una lectura entre la obra, el público y los artistas, para volver a lo más básico: el poder de la sorpresa y el asombro de la asociatividad, quizás de la ficción de lo que podría pasar.
Buscamos lo inesperado, por ello una propuesta como ésta la relacionamos con el viaje, en el sentido de contemplar su puesta en escena en un espacio en tránsito, en un lugar intersticial, en un territorio neutro, donde las lecturas y las uniones sean parte del proceso de reconocerse, pues cada vez que uno viaja, se reconoce.
Los objetos tienen sus propias poéticas, se trasvierten y sobreponen según los escenarios sociales. Pero, ¿qué es una relación conyugal?
Es sin duda más que la suma de las partes: se trata de las familias expandidas, de las historias de infancia, de las imágenes que nos han configurado nuestra manera de observar, de las lejanías y los sueños.
Proponemos que Pequeñas historias de la vida conyugal sea una puesta en valor de lo emotivo y lo político de las relaciones, por medio de los vínculos que producen los paisajes que nos circundan y las historias que nos edifican.